Por años has visto como te ha sido difícil, cuesta arriba, te has visto desfavorecido, has sentido que todo es muy complicado y que siempre debes luchar contra las condiciones, has sido preso en tus emociones y todo el tiempo has luchado para romper ese ciclo pero no has tenido éxito.

Este tiempo estoy calibrando la balanza a tu favor, estoy ordenándole a las condiciones que trabajen para ti, toda injusticia y acoso se detendrá en tu vida.

La balanza se encuentra inclinada para favorecerte, para bendecir tu casa y tus bienes, para mostrar mi eterno amor sobre tus hijos y tus generaciones. Este es tiempo donde verás a tus enemigos apartarse, donde no verás más el acoso de aquellos que se levantaron en contra tuya y de tu casa, les he puesto un alto, les he cambiado el contrapeso para que no ejerzan más dominio sobre ti.

La balanza del cielo se está inclinando sobre ti y los tuyos, está abriendo una dimensión de restauración de todo lo que en el pasado fue agobiante y difícil, ahora esas mismas condiciones trabajarán a favor tuyo.

Hay enemigos que en el pasado fueron un obstáculo para ti, pero que ahora trabajarán para ti y para tu causa, porque he inclinado la balanza a tu favor.

El peso y las balanzas justas son del SEÑOR; todas las pesas de la bolsa son obra suya.

Proverbios 16:11

II. Tiempo de soltar el temor

Ya no caminarás en temor, ya no caminarás como viendo a faraón y tus perseguidores, porque ha llegado el tiempo de caminar en libertad, de caminar en confianza, de caminar como viendo al invisible.

Tu tiempo de caminar en el cuadrante del temor termino, lo que te perseguía ya no te perseguirá más, lo que te provocaba temor y ansiedad ha quedado atrás, todo aquello que traía crisis a tu vida le he puesto un punto y final.

Procesos del pasado que tienen que ver con juicios, con sentencias y diagnósticos medicos han terminado para ti, así como hubo un tiempo de prueba, así hay un tiempo de regocijo, un tiempo de celebración porque tus perseguidores han quedado en lo profundo del mar.

Hijo mío vienen tiempos de conquista, de nuevos retos, de emprender nuevas cosas, de tocar nuevas puertas, de alzar nuevos vuelos, y por eso debes desprenderte completamente del temor, no podrás caminar en la nueva dimensión si sigues arrastrando las vestiduras del pasado.

Es tiempo de andar en fe, de caminar confiadamente, de emprender con diligencia todo lo que llegue a tus manos, cierra las puertas del temor, cierra las puertas a tu pasado, son lecciones que te han traído hasta este día, son piedras angulares que han servido como puente para traerte hasta este día.

Hasta tus enemigos hablarán favorablemente de ti, serán utilizados con el poder de mi Espíritu para trabajar a tu favor, para darte buenas noticias, para alegrar tu vida.

Así como Daniel se sostuvo en medio de leones, por que mi a Ángel cerro sus fauces, así estoy cerrando la boca de las fieras alrededor tuyo.

Mi Dios envió su ángel, el cual cerró la boca de los leones, para que no me hiciesen daño, porque ante él fui hallado inocente; y aun delante de ti, oh rey, yo no he hecho nada malo.

Daniel 6:22

III. Tiempo donde volveré a soplar sobre ti

Es tiempo donde volveré a soplar, es tiempo donde volveré a depositar vida sobre ti, tiempo donde lo muerto que había en ti resucitará, donde lo que estaba seco, reverdecerá, lo que frente a ti era un desierto será transformado en paraje, es el tiempo del follaje, es el tiempo donde envió mi soplo sobre ti.

En el pasado tenias vida, experimentaste la plenitud, el gozo y la unción al ser lleno de mi Santo Espíritu, pero poco a poco te fuiste apagando, se fue opacando el ti toda llama.

Y por causa de esa sequía tomaste malas decisiones, decisiones que no consultaste, sustituiste la intimidad por actividad, la gloria del secreto por una agenda ocupada, pero así te dice el Señor:

Vengo ordenando tus pasos, enderezando lo que esta torcido, poniéndole un punto y final al acoso del adversario producto de puertas que se abrieron en el pasado, porque hay destino para ti, hay propósito para ti, hay un llamado del cielo para tu vida.

IV. Tiempo de buenas nuevas